jueves, 9 de mayo de 2024

¿Quién tiene mi libro?

 


¿Quién tiene mi libro?


En la tranquila ciudad de El Sauce, el profesor Roberto Centeno era conocido por su vasta colección de libros raros. Un día, descubrió que uno de sus más preciados volúmenes había desaparecido: “Los Secretos de la Mente”, un libro antiguo sobre los misterios del cerebro humano.

Desesperado, el profesor Centeno llamó a la policía. Los oficiales Ana y Miguel, conocidos por su astucia y dedicación, tomaron el caso. Comenzaron su investigación en la biblioteca del profesor, donde el libro fue visto por última vez.

—Profesor, ¿recuerda a alguien que haya mostrado interés particular en este libro? —preguntó Ana.

—Sí, una estudiante, Lucía, siempre estaba fascinada por mis libros sobre psicología —respondió el profesor.

Con esta pista, los policías visitaron el instituto. Lucía era una estudiante brillante, pero últimamente se mostraba olvidadiza y confundida. Al hablar con ella, Ana y Miguel notaron su comportamiento errático.

—Lucía, ¿sabes algo sobre el libro que falta en la biblioteca del profesor Centeno? —inquirió Miguel.

—El libro… sí, lo tomé prestado, pero… no recuerdo dónde está ahora —confesó Lucía con voz temblorosa.

Ana y Miguel intercambiaron miradas preocupadas. Decidieron acompañar a Lucía a su casa para buscar el libro. Allí, en medio de apuntes y papeles, encontraron “Los Secretos de la Mente” debajo de una pila de ropa.

—Lo siento mucho, no quería robarlo. Últimamente olvido las cosas… mi abuela tenía Alzheimer y creo que yo… —Lucía no pudo terminar la frase, las lágrimas inundaron sus ojos.

Los policías se miraron, comprendiendo la situación. Ana se acercó a Lucía y le dijo con gentileza:

—Lucía, vamos a devolver el libro al profesor Centeno y le explicaremos lo sucedido. No estás sola, te ayudaremos a encontrar el apoyo que necesitas.

El profesor Centeno, al saber la verdad, no solo perdonó a Lucía, sino que también se comprometió a ayudarla en su lucha contra la enfermedad. El libro había vuelto a su lugar, pero lo que realmente importaba era el bienestar de Lucía.

El caso del libro perdido había terminado, pero para Ana y Miguel, había comenzado una misión más significativa: asegurarse de que Lucía recibiera la comprensión y el cuidado que merecía. Y así, en El Sauce, la bondad y la empatía triunfaron sobre el misterio y el miedo.

 

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