El Consejo de la Selva
En el corazón de la selva, los animales vivían en armonía
hasta que llegó el día en que la paz se vio amenazada. Los más fuertes
comenzaron a acaparar los recursos, dejando a los más pequeños sin alimento ni
refugio. Fue entonces cuando un valiente grupo de animales decidió pedir
justicia social.
—¡No es justo! —exclamó Tina, la tortuga—. Todos
merecemos una oportunidad de vivir bien.
—Es la ley de la selva, Tina. Los fuertes sobreviven
—gruñó Bruno, el oso, con indiferencia.
—Pero podemos cambiar eso. Podemos trabajar juntos
—insistió Simón, el mono, balanceándose entre las ramas.
Los animales se reunieron en el claro de la selva para
discutir el asunto. Algunos, como Bruno, creían que no había necesidad de
cambiar, mientras que otros, como Tina y Simón, sabían que la justicia social
era esencial para la supervivencia de todos.
—¡Debemos compartir los recursos y ayudar a los más
débiles! —proclamó Lila, la liebre.
—¡Eso es una tontería! —bufó Bruno—. ¡Cada uno debe
cuidarse a sí mismo!
La tensión creció y el conflicto parecía inevitable. Los
valores de solidaridad y cooperación chocaban con los antivalores de egoísmo y
desigualdad.
Fue entonces cuando apareció Sabia, la anciana elefanta,
conocida por su justicia y sabiduría.
—Escuchen todos —dijo con voz firme—. La verdadera fuerza
de la selva reside en nuestra unidad. Si no cuidamos de los más vulnerables,
¿qué clase de comunidad somos?
Las palabras de Sabia resonaron en el corazón de los
animales. Incluso Bruno comenzó a entender que la justicia social era más que
una cuestión de supervivencia; era una cuestión de dignidad para todos.
Los animales trabajaron juntos para crear un sistema
donde todos tuvieran acceso a lo necesario. Y así, la selva floreció como nunca
antes, demostrando que la justicia social era posible incluso en el lugar más
inesperado.
El cuento de los animales que pedían justicia social
enseñó valores de empatía, solidaridad y cooperación, superando los antivalores
de egoísmo y desigualdad, y dejando una lección de vida para todos los
habitantes de la selva.
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